El año 2025 está marcando un nuevo hito negativo en el comportamiento de los ecosistemas marinos del Atlántico: una marea masiva de sargazo —que ya supera los 31 millones de toneladas métricas— está invadiendo las costas de Florida, el Caribe y México, convirtiéndose en una de las mayores invasiones registradas de este fenómeno natural. Este episodio, cada vez más frecuente, vuelve a levantar las alarmas por sus efectos sobre el turismo, la biodiversidad marina y la salud pública, al tiempo que se lo relaciona directamente con los cambios en los patrones climáticos globales.

Según el Observatorio de Sargazo de la Universidad del Sur de Florida, la extensión actual del sargazo en el Atlántico tropical y el mar Caribe supera los récords previos registrados en 2018 y 2022. Este alga flotante, aunque natural, ha visto incrementado su volumen debido al calentamiento global, el aumento de nutrientes por contaminación agrícola y el debilitamiento de las corrientes oceánicas.

Las zonas más afectadas hasta ahora incluyen:

• Las playas del Caribe mexicano (Quintana Roo, Cancún, Playa del Carmen).


• Las costas de Florida, especialmente en Miami y los Cayos.


• Varias islas del Caribe oriental, como Barbados y Guadalupe.

El sargazo afecta al turismo costero, ya que las playas cubiertas de sargazo espantan a los visitantes, afectando las economías locales.

La cantidad acumulada este año representa un incremento del 40% en comparación con el récord anterior establecido en junio de 2022. Investigadores de Estados Unidos y México atribuyen el crecimiento del sargazo a una combinación de factores que incluye el cambio climático, el uso intensivo de fertilizantes y las descargas de nutrientes desde grandes cuencas hidrográficas como el Amazonas y el Misisipi. En lugares como Tulum, Cozumel o Playa del Carmen, donde el turismo depende de la imagen paradisíaca del mar, ya se han implementado barreras marinas y brigadas de limpieza, aunque estas soluciones resultan costosas y de efecto limitado.

Irving Lili Madrigal, titular de la Zofemat en Playa del Carmen, explicó que actualmente se atraviesa la fase más crítica de la temporada, en la cual los equipos recolectan entre 150 y 200 toneladas de sargazo al día, en jornadas que van desde las 6:00 hasta las 16:00 horas. Según el Grupo de Estudio del Sargazo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su presencia suele aumentar entre mayo y agosto, alcanzando su pico máximo en estos meses.

Instalación de barreras para el sargazo en México.

Otras regiones afectadas incluyen islas del Caribe oriental como Barbados, Guadalupe y Dominica, donde asociaciones turísticas locales han reportado disminución de reservas hoteleras por el impacto de las algas en las playas, según datos del Caribbean Alliance for Sustainable Tourism.

La llegada del sargazo representa una amenaza directa para:

• Los ecosistemas marinos: el alga impide el paso de la luz solar a los corales y consume oxígeno al descomponerse.


• El turismo costero: playas cubiertas de sargazo espantan a los visitantes, afectando las economías locales.


• La salud: su descomposición libera compuestos que causan molestias respiratorias, nauseas y olores desagradables.

La maquinaria pesada empleada por complejos turísticos para retirar las algas también puede causar daños en la estructura de las playas y la fauna costera, según reportes ambientales citados por CNN y el Gobierno de Quintana Roo. Organismos internacionales advierten que el sargazo podría convertirse en un fenómeno estacional crónico si no se reducen los factores que lo alimentan: contaminación por fertilizantes, emisiones de gases de efecto invernadero y deterioro de los ecosistemas costeros.