En la isla Lord Howe, un remoto paraíso en las cercanías de Australia, se está desatando una crisis ecológica silenciosa pero devastadora: la contaminación por plásticos que afecta gravemente a sus aves marinas, especialmente al petrel de patas negras (flesh-footed shearwater). Científicos del laboratorio Adrift Lab que estudian las aves en esta isla han notado que, al presionar suavemente el vientre de algunas de ellas, se escuchan crujidos debido al plástico que ingieren.

Estas investigaciones han revelado que las aves, al ser alimentadas por sus padres con plásticos confundidos con alimento, acumulan en sus estómagos hasta 778 piezas de plástico, representando hasta el 20% de su peso corporal. Esta acumulación provoca sonidos de crujido al presionar su pecho, incluso en ejemplares vivos, y ha llevado a la identificación de una nueva enfermedad denominada plasticosis, caracterizada por cicatrices en los tejidos internos.

Más allá de los efectos sonoros, estudios han demostrado que la ingestión de plásticos causa daños en órganos vitales como el hígado, riñones y cerebro, con alteraciones similares a enfermedades neurodegenerativas humanas como el Alzheimer. Estos efectos subletales afectan el crecimiento y la capacidad de vuelo de las crías, comprometiendo su supervivencia. En esta pequeña isla situada a 600 kilómetros de la costa este de Australia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, los investigadores encontraron en las aves tapas de botellas, cubiertos plásticos, pinzas de ropa, separadores de azulejos y fragmentos no identificados.

Las aves pertreles confunden plásticos con alimento y los regurgitan para alimentar a sus crías.

Las aves estudiadas, llamadas petreles, confunden plásticos con alimento y los regurgitan para alimentar a sus crías, perpetuando un ciclo de contaminación. Además, las colonias de estas aves en la isla actúan como sumideros de desechos marinos, con una estimación de más de 688,000 piezas de plástico depositadas anualmente en sus nidos. La situación en la isla Lord Howe es un reflejo de la crisis global de contaminación por plásticos: Con más de 170 mil millons de piezas de plástico en los océanos y una producción anual de 460 millones de toneladas, es imperativo tomar medidas inmediatas para reducir el uso de plásticos de un solo uso y mejorar la gestión de residuos.

¿Cómo podemos contribuir desde nuestro hogar? Con una serie de medidas diarias. Cada plástico que se reutiliza es un plástico menos contaminando el suelo y a nuestra fauna.

• Reducir el uso de plásticos desechables: Optar por alternativas reutilizables y sostenibles.


• Reciclar: Cada vez mas ciudades de Argentina y el mundo se centran en el reciclaje de elementos plásticos, cartones, vidros o papeles.


• Participar en campañas de limpieza: Unirse a iniciativas locales para limpiar playas y ríos.


• Apoyar políticas ambientales: Respaldar legislaciones que promuevan la reducción de plásticos y la protección de la fauna marina.

La tragedia de las aves en la isla Lord Howe nos recuerda la urgencia de actuar frente a la contaminación plástica. Si esta isla, uno de los lugares más regulados y protegidos del mundo, está sufriendo este tipo de consecuencias, la conclusión es que no hay lugar lo suficientemente remoto como para escapar de la crisis del plástico. Lo que ocurre en esta isla no es un hecho aislado, sino un síntoma de un sistema global dañado. Cada pequeña acción cuenta en la protección de nuestros ecosistemas y la biodiversidad del planeta.